lunes, 25 de octubre de 2010

Alfabetización en TIC ¿Cuále es la Importancia del Libro de Texto?

Por: Mtro. Gabriel Moreno Lechuga

En la actualidad cuando menos en México los libros de texto para el alumno y el maestro, son los elementos centrales del proceso educativo, ya que representan el vinculo entre los programas educativos de todos los niveles con los objetivos trazados en los programas de estudio.
Hoy día el libro de texto es aun el vehículo de información más accesible, económico y pertinente, en nuestros centros escolares y al compararlo con el uso de las nuevas herramientas de aprendizaje, pienso que un problema central en nuestro sistema educativo no es tanto el como introducir las nuevas tecnologías en los planteles, de hecho esta inclusión ya se esta dando con recursos propios de las escuelas y con los diversos programas gubernamentales y/o privados. En la mayoría de las escuelas hay grabadoras, videos, Dvd, y en un gran numero de planteles ya se cuenta con cuando menos un equipo de computo y en el mejor de los casos con aulas de medios.
La cuestión radica más bien en ¿cómo usar estos recursos para enseñar? O mejor dicho ¿Cómo podremos introducir a nuestros alumnos en la dinámica de aprender con herramientas con las que siempre han jugado? Creo que esta es una pregunta toral y me inclino a pensar que el libro de texto pudiera ser ese enlace que permitiera explicar a los maestros y a los alumnos como trabajar, estudiar y aprender con las tic. Es decir que en los libros de texto invariablemente se deberían de enmarcar los objetivos y las estrategias metodológicas para utilizar los equipos para aprender y enseñar.
Me parece que hemos subestimado lo importante que los materiales impresos han sido en nuestra formación y seria una tristeza pensar que los días de uso de los libros en las escuelas, están contados, es un hecho que debe de darse un giro en el enfoque que tenemos de los materiales educativos aplicados en la enseñanza, los nuevos esquemas de aprendizaje, sugieren que dejemos que el alumno aprenda, que se enseñe a estudiar, que investigue, que determine y de significación a sus lecturas y escritos, de ahí que sea muy necesario promover el uso de todo cuanto material impreso caiga en las manos de ellos para mejorar su comprensión lectora y la interpretación de los sucesos pasados y actuales.
Nuestros alumnos no saben estudiar, por que los maestros no les permitimos y/o mostramos como hacerlo, debemos dejar que lean, que al hacerlo debatan e integren respuestas, que nuestro papel, cambie y dejemos el protagonismo de la clase en ellos, que a través del uso de sus libros en primera instancia y después accediendo a todos los materiales posibles, aprendan.
San Luis Potosí, S.L.P. octubre del 2010.

domingo, 24 de octubre de 2010

Mis Experiencias, Parte I

Por: Juan Enrique Meléndez González

¡Hola! ¿Cómo están?, soy solo un participante de este gran proyecto llamado CPTE y con una vasta experiencia en los diferentes programas con que cuenta el mismo. Recuerdo la primera vez que ingresé al entonces llamado COEBA SEP (Computación Electrónica para la Educación Básica), así se hacía llamar el que es ahora el Centro Potosino de Tecnología Educativa; trabajo en este gran proyecto. Bueno, regresando a lo anterior, recuerdo que sólo era un edificio que se usaba como una bodega y alrededor del mismo sólo había una serie de llanos repletos de maleza que impedía la visión de ese edificio que en sus inicios, quizás fue un gran proyecto pero se quedo en eso, solo en un “gran proyecto”. Corría el año de 1993, yo era aun adolecente y por mi mente sólo había tiempo para pensar en disfrutar la vida, aun no me interesaba lo que ahora es mi mayor afición: ¡la tecnología!; en aquellos años yo ingresé al CPTE como un miembro más del sistema, para mí era sorprendente ver una computadora porque siendo de una familia humilde, me fue difícil convivir con las tecnologías o siquiera conocerlas. Recuerdo que la tecnología o los equipos que en ese entonces eran lo máximo y lo más avanzado, eran la MICROSEP, que contaban con una unidad de disco de 5¼, una grabadora de casete, también un mouse que parecía sacado de una película de los años 60 y se conectaba a un televisor de diecinueve pulgadas y con una resolución que si identificabas los colores eras un gran observador; los programas que se corrían en ellos eran sólo dibujos malhechos pero sorprendentes para mis ojos, porque el sólo pensar que alguien había tomado el tiempo suficiente para animar aquellos dibujos que se movían en la pantalla te ponía a pensar en todo aquel trabajo de programación. También recuerdo la primera experiencia con Internet, en 1993 internet era una maravilla, mucho más que ahora; el sólo pensar que alguien podía responder una pregunta por la red en ese tiempo, no podía creerlo; recuerdo que la primera experiencia fue haber platicado con el personal de la Nasa; el entonces asesor que nos impartió la capacitación, le preguntó al personal que estaba del otro lado de la red; recuerdo que preguntó: ¿cómo están?... estamos en San Luis Potosí, México, y después de media hora ya casi terminando la clase respondieron ¡good here fine!; una frase tan fría y tan falta de expresión pero tan llena de eso que todos llamamos asombro, porque en ese entonces todos usabamos teléfonos, televisiones, radios etc., muchos medios de comunicación, pero estábamos observando otra forma más de comunicación, para mí era como si estuviera observando el nacimiento de la bombilla eléctrica, en ese momento nació en mi el amor por la tecnología y me propuse no quedarme atrás de ella, me propuse siempre ir a la par; claro, siempre al margen y tratando de mantenerme a la vanguardia. Me propuse dejar de ser analfabeta tecnológico, porque en el siglo XX había dos clases de analfabetas, el que no sabe leer y el que no sabe computación, esa era la frase que usaban en el sistema gubernamental y educativo en ese tiempo; ahora ya cada niño nace con un celular y una laptop bajo el brazo, pero en ese entonces las tecnologías informáticas eran totalmente nuevas; ahora no es sorprendente la comunicación entre países por medio de la red, porque ahora podemos charlar con alguien de cualquier parte del mundo por vos y video en tiempo real, pero cuando ves nacer una tecnología como es el Internet, sigue sorprendiendo el avance del mismo.

Por el momento dejaré mi experiencia con Internet, ahora quiero platicarles mis vivencias en el campo; ya antes les mencionaba que participé en la gran mayoría de los programas que conforman el CPTE como EDUSAT, E-MEXICO, RED ESCOLAR, UNETE, INGLÉS ENCICLOMEDIA, SOPORTE TÉCNICO, ENCICLOMEDIA, entre otros bueno; Pero quiero contarles mis vivencias en ellos. En el primer programa en el cual participé fue EDUSAT, un programa de un gran valor educativo, porque es una herramienta para la educación de los futuros Maestros, Ingenieros, Abogados, Arquitectos, Doctores, etc., y me refiero a la gente del campo, esa gente que tiene menos oportunidad quizás que nosotros que radicamos en las capitales del país; mi función en el programa era la orientación de las antenas de telesecundaria principalmente, también en primarias y otros niveles, pero las mayores experiencias fueron en telesecundaria. Recuerdo las veces que llegamos a orientar y checar la existencia de la señal, nos preparábamos para retirarnos de la escuela y el maestro nos hacía pasar al aula y nos pedía que escucháramos el agradecimiento de los alumnos que en ese momento cursaban su secundaria; en una ocasión, después de que uno de los alumnos tomó en sus manos la voz de todo el grupo y nos agradeciera el haberlos apoyado para su educación, nos dieron un aplauso; en ese momento no supe que pensar, me quedé sin saber qué hacer, no sabía si regresar el agradecimiento o decirles que había sido un placer haberlos ayudado; no sé, solo sé que sentí en mi algo que no puedo describir, pero dentro de mí sentía como una gran expolición de gusto, placer, y de un sentimiento hasta entonces extraño, jamás me habían aplaudido ni mucho menos agradecerme por hacer algo que para mi hasta ese momento era solo un trabajo sin relación personal. En ese momento supe el gran valor de la señal de EDUSAT en las comunidades.

También conocí la gran variedad de ecosistemas que tiene mi estado; por ejemplo, la Región Altiplano, refiriéndome a Venado, San Luis Potosí, que fue uno de los primeros municipios que me asignaron para orientar antenas. Recuerdo también la primera vez que tuve que acudir a orientar una antena en la comunidad de Coyotillos, Municipio de Charcas; para mí era la primera vez que estaba frente a una antena y usando las teorías que me dieron mis compañeros, el profesor Emeterio Durán Suárez y el profesor Hipólito Cardoso Cisneros; regresé con un mal sabor de boca después de haber tenido un rotundo fracaso; para mí fue uno de mis mayores fracasos porque la distancia recorrida hasta la comunidad, que era bastante larga, además tenía la barriga llena porque para fortuna o desgracia, nos dieron de desayunar a la hora que llegamos a la escuela; ya los días que continuaron me propuse no fallar otra vez, creo que no logré mi objetivo porque tuve dos o tres fracasos más, porque la experiencia es la que te da la efectividad y la excelencia, como las bolas de billar están hechas con fuerza, tiempo y perfección.

Me viene a la mente otra experiencia que tengo bien presente, es una experiencia no muy grata, pero al fin y al cabo la viví. Recuerdo haber asistido a una primaria a hacer lo que ya tantas veces había hecho solo, subrayo la palabra solo porque en eso de tener que trabajar en azoteas, subiendo arboles para llegar a las mismas, no es conveniente andar solo, claro que los accidentes llegan solos, nadie los llama; recuerdo subir sin ningún problema la escalera de acero, ¡pesaba como tres toneladas!, eso me dio confianza; termine mi orientación al SatMex5, recuerdo muy bien el satélite que buscaba, en el momento que procedí a bajar, sentí como si el mundo se derrumbara sobre sí mismo, la distancia que tenía en mi mente para bajar se acortó a solo una fracción de ella, de repente ahí estaba con el suelo frente a mi rostro, sentí una gran desorientación ya que no sabía qué había pasado, ya que para mí el tiempo se detuvo; como pude, me levante y procedí a sacudirme ese polvo que comúnmente se pega a tu ropa después de una caída y fingiendo que nada pasaba, ya saben la pena que se siente y miras inmediatamente para ver si nadie te vio, sin darme cuenta usaba una sola mano para sacudirme, de repente sentí como un piquetito en mi mano izquierda, al mirar mi mano pensé que se me había vuelto de hule, porque mi mano colgaba como plastilina después de haber estado bajo el sol en un día caluroso; en ese momento sentí cómo el dolor corría por mi sistema nervioso, como si me hubiera caído un rayo en un día de sol, el dolor era insoportable; como pude acomodé mi “colgajo” de mano y le pedí al director que por favor me llevara al ISSSTE lo más rápido posible porque solo quería acabar con ese dolor, que para mí era el dolor más insoportable que jamás había experimentado. El viaje hacia el hospital se volvió una eternidad ya que cada semáforo, cada tope, cada embotellamiento, me parecía una pesadilla interminable, hasta que llegamos al hospital, y bueno, ahí me hicieron sentir más tranquilo; ya sabes: suero, analgésicos, y un trozo de roca por tres meses, ¡tres largos meses¡.

También en EDUSAT tuve una de mis experiencias más agradables si no una de las más maravillosas para mí, porque gracias a esa experiencia tengo una maravillosa hija llamada Joanna, que para mí es una personita a la cual amo. Claro, esa experiencia trajo a mí a la que ahora es mi esposa, me refiero a la maestra Alicia González Pérez, maestra de telesecundaria que en ese entonces laboraba en la comunidad de Los Remedios, en Venado, San Luis Potosí.

Otra de mis experiencias también no gratas, fue ver cómo mi compañero de trabajo el profesor Hipólito Cardoso Cisneros sufría la caída de la azotea de la escuela telesecundaria Sor Juana Inés De la Cruz, de la comunidad de Peñasco, muy cerca de la capital del estado, rompiéndose el brazo en tres partes, con fractura expuesta del mismo; para mí fue revivir ese momento en el que yo caía, por un momento me quedé inmóvil sin responder, cuando volví en mí, corrí para auxiliar a mi amigo y gran compañero; claro, al igual que a mí, se le hizo una gran pesadilla el traslado al hospital, pero a los pocos meses regresó a trabajar después de haber “gozado” de unas largas y forzosas vacaciones, fue lo que le dije cuando lo vi con aquel porte tan gallardo con el cual siempre, cada mañana, acude a trabar, ¡ah! y también con su barra de titanio incrustada en su antebrazo, la que portaba con gran orgullo.

Por esas grandes experiencias, estoy y sigo con la misma fe en este gran mecanismo llamado CPTE, porque cada gran máquina necesita pequeños engranes que encajen a la perfección y así lograr grandes éxitos.

Aportaciones: LOS HURACANES ESTAN HECHOS DE PEQUEÑAS VENTISCAS

Octubre 2010

miércoles, 20 de octubre de 2010

PRESENTACIÓN

El Centro Potosino de Tecnología Educativa crea este espacio para dar la oportunidad a la difusión de los trabajos de investigación realizados por compañeros maestros, ya sea del propio personal asignado a cualquiera de nuestras cinco Unidades o bien, adscritos a alguna de las escuelas de nuestro estado y que desean aportar ideas, iniciativas y compartir sus experiencias docentes, principalmente con el aprovechamiento de las herramientas informáticas.

Invitamos a quienes estén interesados en participar activamente en este proyecto y se comuniquen con nosotros al correo cpte@cpte.gob.mx

sábado, 3 de julio de 2010

SER RESILIENTE, UNA FORMA DE SER COMPETENTE

Mtra. Alma Reyna Monter Guerrero

El fenómeno de la resiliencia cobra importancia en el proceso educativo porque está demostrado que, después de la familia, la escuela es un ambiente clave, fundamental para que los niños adquirieran las competencias necesarias para salir adelante gracias su capacidad para sobreponerse a la adversidad y para que la educación cumpla sus objetivos fundamentales: formar personas libres y responsables.

Al fomentar la resiliencia en el ámbito escolar y comunitario es importante para establecer vínculos prosociales, actitudes y comportamientos positivos, reafirmar los valores y evitar el aislamiento social que conduce a otros problemas graves, como la violencia y la discriminación. Las aulas no sólo son espacios del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino constructores y facilitadores de resiliencia.

· Desarrollo.

Originalmente, el término resiliencia pertenecía sólo a la física, y expresaba la capacidad de algunos materiales para recobrar su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora.

Este término también es usado en medicina: la osteología ha adoptado (y adaptado) el concepto para definir la capacidad de los huesos de crecer en el sentido correcto después de una fractura.

En su acepción moderna, en la resiliencia convergen muchas otras disciplinas como la pediatría, el psicoanálisis y la salud pública, es ya una categoría que propone trabajar ya no sobre los factores de riesgo de las personas vulnerables, como los niños, sino también sobre la capacidad de ellos para afrontarlas, poniendo en juego sus capacidades individuales.

La resiliencia posee dos elementos importantes: la resistencia o capacidad de proteger su propia integridad frente a los efectos de estrés o tensiones negativas y la elasticidad o flexibilidad para proseguir el desarrollo de los procesos constructivos.

Desde hace unos años, este término fue adoptado por las ciencias sociales para referirse a la "capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformado positivamente por ellas". El principal elemento constructor de resiliencia para cada alumno, es una relación de confianza —aunque sea con un solo adulto, ya sea dentro o fuera de la familia— que le transmita: "tú me importas, tú puedes, tú eres”.

La resiliencia de los educandos también se construye creando ambientes escolares caracterizados por factores constructores de resiliencia. En suma, ésta se construye mediante interacciones personales con el alumno que le transmitan optimismo y se centren en sus fortalezas.

Fomentar y construir resiliencia desde el aula es mediante el reforzamiento de los vínculos entre las familias de los alumnos y la escuela, al priorizar la participación de la familia en la vida escolar: convocando a los padres, otorgándoles papeles significativos en la institución, ofreciéndoles una variedad de formas de participación y hablando con ellos periódicamente para hacerlos partícipes del proceso de formación de sus hijos, a manera de una buena noticia: en pocas palabras, construyendo una fuerte participación de la familia en la actividad escolar.

Pero también los educandos necesitan establecer fuertes vínculos entre ellos y su escuela: es fundamental que se les ofrezca arte, música, teatro, todo tipo de deportes, tareas de servicio comunitario y clubes de diversas clases (podrá recurrirse a los padres para que ayuden a proponer estas actividades extra clase), sin que ello aumente su estrés o sature su tiempo libre.

También podrían los alumnos participar en la determinación de los límites expresados en las normas de conducta, así como los procedimientos para hacerlas cumplir (incluyendo las posibles sanciones por incumplirlas). Los límites deben basarse en una actitud afectuosa, antes que punitiva; es decir deben tener un fin constructivo antes que de castigo, y podrían hacer referencias concretas a ciertas conductas de riesgo, como el uso del alcohol u otras drogas, los comportamientos violentos y la proclividad al delito.

Un enfoque positivo y reforzador puede ser expresado a través de la redacción de políticas escolares en términos de una lista de derechos de los educandos (el alumno debe ser respetado, sentirse seguro, estar libre de las drogas, ser tratado con afecto, etcétera), sobre la base de los Derechos del Niño, promulgados por la UNICEF.

Otra posible medida es aplicar un método de enseñanza basado en el aprendizaje cooperativo, que incorpore naturalmente las habilidades para relacionarse con los demás, trabajar en grupo, expresar opiniones propias, fijar metas y tomar decisiones. A través del desarrollo de habilidades para la vida, los educandos identifican las habilidades que pueden servirles para evitarse problemas en el futuro y luego las aprenden.

Los estudios en resiliencia indican que aquellos alumnos que han generado un comportamiento resiliente, que han podido sobreponerse a esas experiencias negativas fortaleciéndose en el proceso, han contado con alguna persona: ya sea de la familia extensa, de la comunidad o de la escuela, con quien lograron establecer un vínculo positivo. Es aquí donde el papel de la escuela y en particular de los docentes, adquiere todo su valor y revela su complejidad.

Frente a problemas sociales crecientes resulta imprescindible que la escuela despliegue todo su potencial y los recursos a su alcance para lograr una comunidad educativa inclusiva, al estimular aquellos factores —tanto internos como ambientales— que mitiguen el impacto de las situaciones negativas o estresantes y provean un modelo basado en la resiliencia, que permita a la escuela fortalecer su labor para beneficio no sólo de los educandos sino del país.

Indiscutiblemente, es importante recordar poner el énfasis en nuestro afecto y apoyo. La autoestima y la confianza son los componentes básicos de las actitudes que construyen resiliencia; pero también debe expresarse en conductas concretas, como tomar en cuenta a todos los educandos, felicitarlos por sus actitudes positivas y no encasillarlos, saber sus nombres, estimular a los reticentes, así como investigar e intervenir cuando alguno de ellos enfrenta circunstancias difíciles. Esto requiere conceder tiempo en clase para la construcción de relaciones. También implica construir un modelo de intervención eficaz para los educandos que tienen problemas, así como detectar y aprovechar sus fortalezas.

Esta labor no sólo recae en el docente sino en todo el personal escolar, como la psicóloga, la trabajadora social, la enfermera, el director, etcétera, quienes deben ayudar a los alumnos a encontrar y desarrollar sus capacidades resilientes, diciéndoles frases como: "tu capacidad de encontrarle el lado bueno a la situación familiar que te afecta es increíble y te permite superar lo que te pasa", “cuenta conmigo”, "sabía que podías enfrentar y superar esa situación”, y “ya sabes que no estás solo, tus maestros te apoyamos”

Ahora bien, ser competente incluye el conocimiento, habilidades y actitudes de la persona. Esto es, las competencias se relacionan con la puesta en práctica integrada de aptitudes, rasgos de personalidad y también conocimientos adquiridos para cumplir bien una misión. Podemos detallar que COMPETENCIA se refiere a la capacidad de poner en práctica de forma integrada, en contextos diferentes, los conocimientos, habilidades y características de la personalidad adquiridas. Incluye saberse teóricos, habilidades prácticas aplicativas, actitudes (compromisos personales) que apoyando la promoción de ser resiliente promueve que las personas puedan seguir aprendiendo durante toda su vida, y que aprovechen las oportunidades que tengan para actualizar, profundizar y enriquecer sus conocimientos, así como de adaptarse a un mundo dinámico y cambiante de la forma más positiva posible, para que los resultados y expectativas correspondan a la cotidianidad vivida por cada persona.

Los sistemas de enseñanza deben basarse en estos pilares que se interrelacionan, se conjuntan y dan origen precisamente a las competencias:

a) Aprender a conocer

b) Aprender a hacer

c) Aprender a ser

d) Aprender a convivir

e) Aprender a aprender

· Conclusiones.

Pilares de la educación

Explicación

Tipo de contenidos

Aprender a conocer

Se refiere a contenidos de tipo académico informativos.

El conocimiento y comprensión de hechos, conceptos, términos.

Conceptuales

Aprender a hacer

Se refiere a contenido de tipo académico /prácticos.

Poner en práctica los conocimientos.

Resolución de problemas, aplicación de estrategias y procedimientos…

Procedimentales

Aprender a ser

Tiene un carácter formativo-personal.

Se refiere a cuestiones como conocerse, desarrollo de la autoestima.

Actuar en congruencia con valores personales, denotándolo en cuestiones como respeto a sí mismo, cumplir compromisos propios, desarrollar su creatividad.

Actitudinales

Aprender a convivir

Tiene un carácter formativo- social. De vivencia de valores hacia los demás.

Empatía, capacidad de diálogo, trabajo en equipo, respeto por los otros, resolver conflictos, cumplir compromisos y acuerdos.

Actitudinales

Aprender a aprender

Tiene un carácter formativo de tipo personal y social.

Desarrollar la capacidad para seguir aprendiendo con un sentido crítico y de responsabilidad.

Competencias

Ser competente y resiliente a través de:

a) Respeto a uno mismo

b) Practicar la asertividad

Describir de forma precisa la conducta, Expresar nuestros sentimientos, Crear empatía; Negociar el cambio e Informar de las consecuencias.

c) Superar la timidez o ansiedad

d) Estar consciente de nuestro inconsciente

e) Reconectarse con uno mismo

f) Dejar crecer en vez de etiquetar

g) Tomar en cuenta la intención

h) Asumir una actitud de no resistencia

i) Considerar quien manda: mi ego o yo

j) Aceptación incondicional

k) Deja de planear y planea!!!

l) Solucionar problemas de forma eficaz

· FUENTES

- Cyrulnik, Boris: La maravilla del dolor, La maravilla del dolor. El sentido de la resiliencia, Ediciones Granica, Buenos Aires, 2001.

- Henderson, Nan y Milstein, Mike M.: Resiliencia en la escuela, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2003.

- PERRENAUD, Philippe. Construir competencias desde la escuela. Dolmen, Santiago de Chile, 2002.